Claudio es un estudiante de secundaria que se sienta en la última fila. No habla, no participa, no es problemático, no destaca, salvo en Matemáticas. Cada clase se le hace más y más insoportable hasta que Germán, el profesor de Lengua y Literatura, manda escribir una redacción sobre el fin de semana. A partir de ese momento, Claudio empieza a transformarse en alguien que observa, imagina y escribe la vida de otros en un relato por entregas para un solo lector. Ese relato compartido por discípulo y maestro se convierte en un juego cada vez más peligroso para ellos y para los que le rodean. Un juego que se disputa en dos tableros: el de la vida y el de la literatura.
