Si bien se pueden trazar los comienzos de su carrera en los albores de aquel efímero movimiento que se vino a llamar freak folk, la figura de Pablo Und Destruktion tardó poco en crecer mucho más allá de cualquier etiqueta. Para cuando lanzó su segundo álbum, el imprescindible “Sangrín” (2014) ya era una figura poliédrica, un autor que aunaba romanticismo y furia, clasicismo setentero, deje industrial y una visión rabiosamente contemporánea. Desde ahí ha dado pasos de gigante, mostrando una rara combinación de ambición y honestidad creativa, ya sea en el sentido romanticismo de “Vigorexia emocional” (2015), el dramatismo de “Predación” (2017), o la contención espartana e intimista de “Futuros valores” (2020) y “Ultramonte” (2022). Sin miedo a cabalgar sus contradicciones, desmedido siempre, pocos autores nacionales han ido tan lejos en su ambición creativa.